De Víctima a Protagonista: El Paso que Cambia Todo

Por - Amado
22.04.25 7:45:00

La Verdad Incómoda Sobre Ser Víctima

La Trampa del Autoengaño y la Víctima que Espera

Cuando nos sentimos víctimas en una relación o situación, el mayor peligro no es solo la injusticia que enfrentamos, sino el autoengaño que nos mantiene atrapados. Nos convencemos de que el problema está fuera de nosotros, de que alguien más tiene que cambiar o que el mundo debería darnos reconocimiento y justicia. Pero esta mentalidad nos convierte en espectadores de nuestra propia vida y nos impide tomar el control.


El concepto de self-deception (autoengaño), desarrollado por The Arbinger Institute en su libro Leadership and Self-Deception, explica que cuando estamos "dentro de la caja", solo vemos nuestro propio sufrimiento y justificamos nuestra inacción. En el contexto de la victimización, esto significa que podemos quedarnos atrapados en la idea de que otros nos deben una reparación antes de que podamos avanzar.

Pero la verdad es esta: el agresor nunca dará el primer paso. Y mientras esperamos, seguimos atrapados en la olla, como la langosta que se cocina lentamente sin darse cuenta de que el agua está hirviendo. La única salida es dar el primer paso nosotros mismos, hacia la acción que genere el mayor impacto en nuestra vida.

 

El Autoengaño de la Víctima: La Búsqueda de Serotonina y Oxitocina

Cuando nos sentimos víctimas, es natural buscar validación y consuelo. Buscamos serotonina (la sensación de reconocimiento y valor) y oxitocina (el abrazo, la conexión, el apoyo emocional). Pero aquí hay una verdad incómoda: ese consuelo puede convertirse en una trampa.

Recibir apoyo emocional sin acción puede darnos una falsa sensación de alivio momentáneo, pero nos mantiene en la misma posición. Nos convertimos en la persona que sufre y que los demás intentan consolar, en lugar de la persona que se levanta y cambia su realidad.

Así que la pregunta clave es: ¿Querés sentirte mejor un momento o querés cambiar tu vida para siempre?

 

La Autoridad Moral de la Víctima: El Poder de Tomar Acción

Aquí hay algo poderoso: la víctima tiene autoridad moral. Cuando alguien ha sido herido o tratado injustamente, su historia y su experiencia le dan un peso que el agresor nunca tendrá. Pero esta autoridad solo es útil si se convierte en acción. Si nos quedamos en la espera, seguimos siendo parte del problema. Para transformar nuestra historia, debemos utilizar esa autoridad moral para movernos hacia adelante, no para reforzar la narrativa de nuestra propia impotencia.

 

El Primer Paso: La Única Vía de Escape

Si el agresor nunca dará el primer paso, entonces nosotros debemos hacerlo. Pero no cualquier paso—el paso que genere el mayor impacto para sacarnos de la situación.

Para identificarlo, en lugar de preguntarte “¿Qué debería hacer primero?”, preguntate:

"Ahora que ya estoy donde quiero estar, ¿qué fue lo primero que hice para salir de aquella situación?"

Este cambio de perspectiva te saca del papel de víctima y te pone en el rol de protagonista. En lugar de verte atrapado en el presente, te conectás con tu futuro yo, la versión empoderada que ya superó esto.


Lo primero que hiciste no fue esperar. Fue tomar una acción decisiva. Tal vez: 

  • Pusiste un límite claro.
    • Saliste del entorno que te dañaba.
    • Dejaste de buscar validación y comenzaste a actuar.
    • Buscaste aliados estratégicos en lugar de solo apoyo emocional.
    • Redefiniste tu identidad fuera del rol de víctima.


    Actitud: Estrategia y Enfoque en Soluciones

    No se trata de actuar por impulso o desde la emoción del momento. Se trata de actuar con estrategia y enfoque, tomando la decisión que más nos acerca a la vida que queremos.

    Actitud clave: No reaccionar, sino diseñar el futuro con acciones claras.


    Mantra: Tomar el Control desde el Futuro

    "La versión de mí que ya superó esto sabe exactamente cuál fue el primer paso. Ahora solo lo ejecuto."


    Llamada a la Acción: ¿Cuál es tu Primer Paso?

    Ahora es tu turno. Dejá de pensar en lo que otros deberían hacer y preguntate:

    1. Si ya estuvieras en el lugar donde querés estar, ¿qué fue lo primero que hiciste para llegar ahí?

    2. ¿Cuál es la acción con mayor impacto que podés tomar hoy? (repite diariamente)

    3. ¿Cómo vas a asegurarte de que no te quedás en la espera, sino que avanzás con determinación?


    No sos una langosta en agua hirviendo. No esperés más. Tomá acción.

    Amado